
Péptidos para la vista: Lucha contra la degeneración macular
La era de la tecnología plantea otro reto para la salud pública: esta vez, se trata del tiempo frente a la pantalla y su impacto en la degeneración macular de las personas mayores. Aunque el deterioro visual relacionado con la edad no es ninguna novedad, la ciencia sigue aportando nuevas opciones de tratamiento, que proporcionan mejores resultados a los pacientes.
Afrontar los retos de la salud ocular
La degeneración macular asociada a la edad es una afección ocular frecuente que afecta principalmente a personas mayores de 50 años. Esta afección se manifiesta cuando la mácula (parte central de la retina) cambia su estructura o vascularización. Por tanto, existen dos tipos de DMAE:
- seca – causada por el adelgazamiento macular;
- húmeda – causada por una rápida vascularización bajo la retina.
Con la edad, disminuyen la densidad y la funcionalidad de las células fotorreceptoras de la retina, sobre todo en la mácula. Esta pérdida de fotorreceptores reduce la agudeza visual y la sensibilidad al contraste.
Los tratamientos habituales de las enfermedades degenerativas de la retina tienen varias limitaciones y dificultades, por lo que no son ideales para muchos pacientes.
Por ejemplo, tratamientos como los anti-VEGF no funcionan en todos los pacientes. Los tratamientos anti-VEGF requieren inyecciones intravítreas frecuentes directamente en el ojo, a menudo mensuales. Este procedimiento es invasivo, incómodo y conlleva riesgos asociados.
Las enfermedades degenerativas de la retina suelen ser multifactoriales y complejas, lo que dificulta el desarrollo de tratamientos únicos que sean universalmente eficaces.
Estos retos ponen de manifiesto la necesidad de seguir investigando y desarrollando tratamientos nuevos y más eficaces para las enfermedades degenerativas de la retina, preferiblemente terapias dirigidas.
La clave para frenar la degeneración macular
Detener el crecimiento anormal de los vasos sanguíneos es clave para mejorar las enfermedades degenerativas de la retina como la DMAE, ya que estos vasos causan daños importantes en la retina. Son frágiles y propensos a perder sangre y líquido, lo que provoca inflamación, hemorragias y cicatrices en la retina. Estas fugas alteran la arquitectura normal de la retina y afectan a su función, provocando una rápida pérdida de visión.
El factor de crecimiento endotelial vascular es una proteína que desempeña un papel fundamental en la formación de nuevos vasos sanguíneos. Mientras que el VEGF es importante para funciones corporales normales como la cicatrización de heridas y la formación de vasos sanguíneos durante el desarrollo, su sobreexpresión en el ojo da lugar a condiciones patológicas. Por ello, las terapias anti-VEGF actúan inhibiendo la actividad del VEGF y reduciendo el crecimiento de los vasos sanguíneos detrás de la retina.
Sin embargo, este tipo de terapia no es para todo el mundo. Otra opción para inhibir específicamente el VEGF retiniano es la terapia peptídica.
Terapia peptídica para los ojos
Los péptidos para la salud de la retina son muy prometedores para el tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad debido a su capacidad para dirigir y modular procesos biológicos específicos a nivel celular. Estos péptidos actúan imitando o influyendo en los procesos reguladores naturales del organismo, favoreciendo la reparación, la regeneración y la normalización de las funciones celulares, directamente donde usted las necesita.
Una de las principales ventajas del uso de biorreguladores peptídicos para la DMAE es su especificidad. Los péptidos pueden diseñarse para interactuar con determinados receptores o vías celulares que intervienen en la salud de la retina. Por ejemplo, los péptidos que inhiben la angiogénesis pueden ser especialmente eficaces por su capacidad para suprimir de forma natural el VEGF.
El tratamiento ocular con péptidos ofrece varias ventajas:
- Como moléculas de origen natural, los péptidos suelen ser bien tolerados por el organismo, lo que reduce el riesgo de reacciones adversas y efectos secundarios. Esta biocompatibilidad los convierte en una opción más segura para el uso a largo plazo en comparación con algunos fármacos sintéticos.
- Los péptidos están diseñados para dirigirse a funciones y vías celulares específicas, lo que permite intervenciones más precisas en el proceso de la enfermedad.
- Los péptidos mejoran las funciones celulares al favorecer la absorción de nutrientes, la eliminación de residuos y el metabolismo celular en general. Esto también mejora la resistencia y funcionalidad de las células de la retina, ayudando a mantener la visión.
Aunque los biorreguladores peptídicos son muy prometedores para mejorar la DMAE, siguen siendo un campo de investigación relativamente nuevo. Sin embargo, los resultados de los primeros estudios de investigación son prometedores, y estos péptidos podrían convertirse en una parte importante de una estrategia de tratamiento integral de la DMAE, potencialmente utilizada junto con otras terapias para maximizar los resultados de los pacientes.

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